lunes, 11 de noviembre de 2013

Quiniela a los Premios Goya 2014 (IV): Mejor Actriz Revelación.

Ha llegado noviembre y, un mes después, nuestra anterior quiniela se ha quedado desfasada y es que, a lo largo de este mes han llegado a las salas nuevas producciones que nos han ofrecido una visión aún más completa del presente curso cinematográfico, en general, y de las interpretaciones femeninas revelación, en particular. El Festival de San Sebastián ya anunciaba a dos de las actrices con más puntos en esta categoría y, tras sus estrenos en salas, no nos queda otra que confirmar esas expectativas.

1. Natalia de Molina, por Vivir es fácil con los ojos cerrados.
2. Olimpia Melinte, por Caníbal.
3. Arantxa Martí, por La gran familia española.
4. Sandra Martín, por La gran familia española.
5. Virginia Rodríguez, por Esto no es una cita.
6. María Morales, por Todas las mujeres.
7. Elisa Mouliaá, por Al final todos mueren.
8. Marisol Membrillo, por Somos gente honrada.
9. Bárbara Santa Cruz, por Barcelona, nit d'estiu (Barcelona, noche de verano).
10. Isabelle Stoffel, por Los ilusos.
11. María Castro, por Combustión.
12. Claudia Bassols, por Menú degustación.



Ni que decir tiene que Natalia de Molina se presenta como la gran favorita al Goya a la mejor actriz revelación del año gracias a Vivir es fácil con los ojos cerrados, sobre todo por el extraordinario encanto y la luz delicada que su presencia aporta a toda la película de David Trueba, donde la intérprete brilla muy especialmente a través de la ejecución candorosa que efectúa de su personaje, sonando en cada una de sus réplicas conmovedoramente auténtica, rezumando una belleza templada y delicada que redunda en el exquisito alcance de la vertiente dramática de su intervención. Es el suyo, además, uno de los trabajos femeninos más redondos de los vistos en una pantalla de cine este año. Eso y que su película parte en claras condiciones de ser una de las favoritas también en las categorías más importantes, lo que nos invita a pensar que su presencia entre las cuatro finalistas está más que asegurada.


Su condición de "actriz extranjera" lleva a la rumana Olimpia Melinte a partir con cierta desventaja en la carrera por este Goya gracias a Caníbal, la magnífica película de Manuel Martín Cuenca. La actriz, que en doble papel logra dar forma a un trabajo sensitivo y verdaderamente emotivo, que sin perder ni un ápice de frescura, se alza como una de las grandes actuaciones femeninas del año, modélica y sumamente medida y contenida, ha recibido excelentes críticas por su trabajo desde que la cinta se proyectase en San Sebastián. Además, cuenta con el aval de poseer la condición de protagonista femenina en una de las películas que, a buen seguro, acumulará mayor número de candidaturas.


En la anterior quiniela nos olvidamos de Sandra Martín, por su trabajo en La gran familia española. Quede aquí constancia de que, opinamos, tendrá casi las mismas opciones que su compañera de reparto Arantxa Martí de aspirar al Goya. Ambas han perdido posiciones en este ránking, aunque todavía se mantienen entre las cuatro actrices con más posibles y es que sus opciones de colarse en la terna final por el Goya pasan por trabajar en una de las películas que, probablemente, más cantidad de votos acumulen. La gran familia española, de Daniel Sánchez Arévalo, es una de las cintas que más ha gustado a los académicos este año, lo sabemos por su inclusión entre las cuatro pre-seleccionadas para representarnos a los Oscar, lo que mantiene tanto a Martín como a Martí en una posición bastante privilegiada en la carrera por el Goya. No obstante, la una competirá contra la otra y esta división de votos podría restarles puntos a ambas.



El Premio a la mejor actriz en la Sección Zonazine del Festival de Málaga ya nos predisponía a pensar en las posibilidades de Virginia Rodríguez de cara a una nominación al Goya a la mejor actriz revelación. Una vez vista Esto no es una cita, de Guillermo Fernández Groizard, no cabe duda de que su actuación es una de las que merecería llegar a la final. Sobre todo por tirar por la borda el arquetipo de heroína presente siempre en este tipo de películas y regalarnos una actuación cargada de ironía, compacta y precisa, efectuando un divertido retrato de un personaje que podría tacharse fácilmente de arpía. La casi invisible distribución de la película a su llegada a las salas juega a la contra de sus posibilidades reales, no obstante, los académicos siempre gustan de dar la sorpresa incluyendo producciones de tan bajo presupuesto como ésta entre las nominadas.


Escasa distribución ha tenido también Todas las mujeres, de Mariano Barroso, la película por la que María Morales vuelve a sonar fuerte en las quinielas a la mejor actriz revelación (ya sonó su nombre hace varias temporadas cuando participó en Gordos, de Sánchez Arévalo). Como en aquella ocasión, corre el riesgo de quedarse fuera precisamente porque otros trabajos femeninos de su misma cinta llamen la atención. Eso y que todavía no sabemos en qué categoría la propondrán los productores de la película (también podría ir como secundaria). A pesar de todo, significa una muy buena alternativa para componer el cuarteto finalista y es que la actriz aporta contundencia y severidad, resultando estupenda en su participación frente a la absurda pretensión de su oponente masculino.


Con pocas opciones, para qué nos vamos a engañar, parte Elisa Mouliaá por su trabajo en uno de los cortometrajes que conforman Al final todos mueren, concretamente el dirigido por David Galán Galindo. Sin embargo, no podemos pasar la oportunidad de señalarla como una de nuestras indiscutibles favoritas, por el inabarcable encanto con el que lleva a cabo toda su intervención y por el fresco y socarrón sentido del humor que desprende desde la pantalla como esa joven a punto de dar a luz, minutos antes del choque de un meteorito contra La Tierra. Su química con su compañero de función no puede ser más irresistible, siendo su trabajo uno de los alicientes primordiales de la cinta.


Actriz cordobesa de larga trayectoria en televisión, a Marisol Membrillo le ha tocado este año el premio gordo con su papel en Somos gente honrada, de Alejandro Marzoa, donde podía lucir a sus anchas el magnífico temple dramático que la caracteriza. Con una sobresaliente capacidad para comunicar cualquier pequeño detalle de su personaje, Membrillo se pasa toda la película robando planos sin despeinarse, razón más que suficiente como para que la Academia valore como es debido la categoría de esta actriz, aunque el estreno de la cinta queda ya lejos en la memoria de los votantes y, para más inri, las nuevas incorporaciones a este ránking la han hecho perder bastantes posiciones.


Lejos de toda duda, Bárbara Santa Cruz merece un puesto entre las favoritas al Goya en esta categoría, no solo por significar lo mejor del desequilibrado reparto coral de la endeble Barcelona, nit d'estiu (Barcelona, noche de verano), de Dani de la Orden, sino por dotar a su personaje (y a su historia) de un componente diferenciador: una más que agradecida autoironía, plasmada gracias a la sutil y soslayada vis cómica con la que afronta la práctica totalidad de su participación. La buena acogida comercial de la cinta podría jugar a su favor, pero su propia condición de cinta independiente la hará prácticamente invisible frente a las últimas incorporaciones como máximas favoritas.


Aunque no tan invisible como lo son las opciones de Isabelle Stoffel, por Los ilusos. Por mucho que cuente a su favor la agradecida frescura que aporta a toda la primera parte de la película de Jonás Trueba, desplegando una vis cómica radiante en la secuencia del bar a través de una cuasi autoparodia. No hay que olvidar que Stoffel desaparece por completo de la película al finalizar casi el primer tercio de la misma y que, aún tratándose de uno de los mejores títulos paridos por el cine nacional este año, Los ilusos podría pasar inadvertida para los académicos por su manifiesta condición de cine outsider.


Ahora sí podemos afirmar que se queda fuera absolutamente de todas las quinielas el trabajo de María Castro en Combustión, de Daniel Calparsoro, aunque desde aquí volvemos a repetirnos en lanzar una baza a su favor precisamente por lograr, con muy pocos elementos -sólo una serie de sutiles detalles-, alejar a su también muy estándar personaje de la vulgaridad interpretativa, consiguiendo alzarse con tan poco en lo mejor de la función.


Tampoco parece tener muchas posibilidades el correcto, sencillo e impoluto trabajo de Claudia Bassols en Menú degustación, el esperado regreso a la dirección de Roger Gual que se saldó con un tibio resultado. La actriz daba veracidad a su atribulado personaje en sus dudas sentimentales, pero el escaso interés suscitado por la cinta a su llegada a las salas y, sobre todo, el rápido olvido de la misma cuatro meses después no benefician a las opciones de Bassols.

ATENTOS A:


Ismael, de Marcelo Piñeyro, es una de las pocas cintas que quedan por estrenarse que tiene verdaderos visos de convertirse en una de las películas con mayor presencia en las nominaciones a los Premios Goya. De ser así, no debería resultar nada extraño que una de ellas recompensara el trabajo de la debutante Ella Kweku.


Actriz primordialmente de teatro y de doblaje, Roser Camí ha venido desarrollando una escueta trayectoria cinematográfica hasta la fecha, cuando llegará a las salas su alabado trabajo en La por (El miedo), de Jordi Cadena, en la piel de una mujer víctima de malos tratos, lejos de toda duda, una de las características que elevan las posibilidades de un papel de resultar nominado a los Goya. Otra cosa es que el cine de Cadena nunca ha gozado de muchas simpatías entre los votantes: su anterior obra, Elisa K., codirigida junto a Judith Colell, sólo figuró nominada en el apartado de guión adaptado.


Con categoría estelar se viene hablando desde hace tiempo de la figura de Úrsula Corberó, dado el éxito obtenido por la actriz en la pequeña pantalla. En el cine, aún le falta demostrar que merece tal consideración. La comedia ¿Quién mató a Bambi?, de Santi Amodeo, promete darle la oportunidad de demostrarlo. Pero, ¿opinarán lo mismo los académicos?


La joven malagueña Maggie Civantos, habitual de la televisión, podría dar la campanada este año gracias a su intervención en la coral Temporal, de José Luis López, cuyo estreno para este mismo mes de noviembre conocíamos hace relativamente poco. Todo depende del alcance mediático y promocional, así como de las críticas que obtenga, a su llegada a las salas.


Tras el estreno en la SEMINCI de Presentimientos, lo nuevo de Santiago Tabernero, poco se ha hablado de ella en la película. No obstante, la cinta tiene previsto su estreno para enero, justo el mismo mes en el que se anuncian los nominados, algo que siempre resulta ventajoso, aunque las quinielas hablan de nominaciones para su pareja protagonista. ¿Arrastrará esto los votos hacia la participación de Irene Escolar, actriz que ya disfrutó de verdaderas opciones de ser nominada gracias a Los girasoles ciegos (2008), de José Luis Cuerda?


Por último, con varios pases programados en Madrid para este mes, sigue sin tenerse noticias fiables de un más que deseado estreno en salas comerciales de Casting, de Jorge Naranjo, una de las cintas triunfadoras en el pasado Festival de Málaga. Ello sigue manteniendo en el limbo las opciones de su protagonista, Esther Rivas, quien con unas críticas inmejorables recibidas tras la presentación de la película en dicho festival, que la señalaban como una justa vencedora del premio a la mejor actriz, al final compartió premio a la mejor actriz de reparto con el resto del elenco femenino.

2 comentarios:

Palmurcio dijo...

María Castro sobra en esta categoría, no por falta de talento, si no porque ha sido reconocida y premiada de sobra por sus trabajos en televisión, no se la puede considerar una revelación.

En todo caso debería estar compitiendo en Actriz Secundaria.

Unknown dijo...

Bueno, una cosa es la televisión y otra el cine. El Goya revelación valora la "revelación cinematográfica"... Por ello se entiende que "Combustión" haya propuesto a María Castro como revelación